Me
escribiste ‘nos vemos donde siempre’ y me dio risa-pena-rabia que siguieras
llamándolo donde siempre si hacía meses que no nos veíamos allí. Si hacía meses
que no nos veíamos.
Me
escribiste ‘nos vemos donde siempre’ y yo hubiera preferido cualquier otro
lugar que no hiciera tan evidente la diferencia de altura entre aquellos que
fuimos y aquellos en los que nos habíamos convertido.
Me escribiste ‘nos vemos donde siempre’ y nos vimos allí pero ya no era donde siempre y ya no éramos los de siempre. Ya no éramos.
Hoy se cumplen 6 años de mi llegada a este lugar. Y aquí estoy. Como despertando con resaca tras una fiesta en la que no sabes cómo ha llegado la vela de la tarta a la piscina. Porque ni siquiera tienes piscina. Y no recuerdas haber comido ninguna tarta. Había sido otras... Pero tengo la sensación de que no dejaré de ser Fosca. Porque ya no sé dónde acaba la una y dónde empieza la otra. Porque ya no es otra. Porque yo soy Fosca. Para conmemorar la efeméride, he perpetrado esta pieza audiovisual (y su prólogo a modo de recapitulación). Disfrútenlo, si pueden.
(El desenlace)
(Primera parte)
Gracias a todos los que me habéis felicitado. Gracias a todos los que os paseáis por las tierras foscas.