12 de noviembre de 2019

5 de octubre de 2019

No hay planes cósmicos

Después de una vida creyendo en planes cósmicos al fin comprendió que la magia no actuaba movida por fuerzas ajenas a ella.

La magia está en mí
y en donde yo quiero que esté.
Lo demás es burda, 
mera 
y ridícula 
casualidad.

6 de agosto de 2019

De buen humor en todos mis sentidos (o un buen sueño)

Hay olores que me ponen de buen humor, como el del gel de ducha la toja o cebolla y pimiento en la sartén. También sabores, como chuparme los dedos después de haber cortado jamón o las palomitas del Augusta. 

Hay visiones que me ponen de buen humor, como las persianas azul cian o un joven leyendo en la parada de metro o tren o bus. También sonidos, como la intro de Twilight Zone o el silencio de un ascensor vacío. 

El buen humor también se me contagia por la piel, por la suavidad que proporciona una toalla nueva o el frío vidrio de un rueda verdejo. Y, por encima de todo, para mí, el buen humor es el poso que deja un buen sueño.

20 de enero de 2019

NO ALIMENTEN A SUS MIEDOS


Los cobardes se pasan largas tardes en los parques dando de comer a sus miedos. Tiran trozos de pan duro a los alados no-puedo-hacerlo y la-voy-a-joder-como-siempre; ofrecen, entre los barrotes de la jaula, restos de comida a no-lo-entenderá, no-le-gustaré, es-imposible; ceban al peludo nunca-seré-nadie y a múltiples variopintas feroces bestias más. 


Los cobardes dan de comer a sus miedos. Porque es más fácil que dejarlos morir de hambre y enfrentarse a lo desconocido. 

Por eso, alguien tenía que decirlo: NO ALIMENTEN A SUS MIEDOS.




12 de enero de 2019

MargareT

Margaret confiaba en que se le pasaría.
Como se le pasaban los resfriados,
las ganas de comer salmón ahumado
o la idea de aprender a tocar un instrumento.

Pero lo cierto es que hacía tiempo que no era ella
quien tomaba sus decisiones.
Se parecía. Mucho.
Pero no. No era ella.

25 de noviembre de 2018

12 de septiembre de 2018

Cuando entiendes que lo más valioso que posees es tu imaginación

¿Cuántas cosas terribles?
Muchas.
Pero, ¿cuántas cosas, por preciosas,
increíbles
he vivido en mi sesera?
No lo sé.
Ni idea.