4 de febrero de 2009

Fragilidad y Urgencia

“Cuando quieres, sabes ser mala”, me dijiste no hace tanto. Es ahora cuando se espera que lo sea, pero no tengo ninguna intención, ya te aviso. Puede que haya hecho o haga cosas que parezcan responder al pataleo de una niña cuando le prohíben los helados, pero no, hice y haré todo pensando en mí.

Contigo aprendí a separar la fragilidad de la urgencia. Y contigo olvidé lo aprendido. Así es, convertiste mi ángel en demonio y mi demonio en ángel. ¿Podría ser más poético? No sé si podría serlo, pero sé que no lo será.