17 de septiembre de 2009

Melisa no iba a dormir

-Buenas noches.

Contestó. Y entonces se desconectó del messenger no sin antes eliminarlo. No lo pensó, lo hizo mecánicamente. Si no podía ser aquella noche no iba a ser, eso era lo que sentía. Además le pareció sublime despedirse así, con un buenas noches, sin dramas, sin trenes que se van con gente que se va y gente que se queda de pie en el andén viéndolos alejarse. Sin gente que llora agitando un pañuelo, como en aquellas películas en blanco y negro, a veces mudas, en las que siempre había una despedida en un tren o en un barco. A Melisa le gustaban los dramas, no vamos a negar ahora lo evidente, estaba enganchada a teatralizar su vida, pero en este caso no tenía fuerzas, sólo quería acabar cuanto antes...