12 de febrero de 2013

Hielo camina conmigo



Despiertas. Le das los buenos días al dolor. Buenos días. Lleva días a tu lado. Ya ni te estorba. Te está cayendo bien. Estás ganando peso y yo lo pierdo. Te ha guiñado el ojo. Y no tienes ni idea de qué significa eso. Desayunas. Le pasas pasas el zumo. Te duchas y el dolor, sentado sobre la tapa del váter, pone la segunda voz en el recital que estás dando. Te acuerdas de la última de Woody. El dolor no, aún no estaba. Te vistes. Te aconseja ese vestido. Tú aún no estás para ese vestido. Por la calle te coge la mano. El dolor tiene la mano fría, helada. Y piensas, bueno, al menos hielo camina conmigo.