He visto tu corazón.
No la forma ni el tamaño.
Es el mismo que el mío.
El color de nuestros cerebros, en cambio, no coincide.
He visto tu cerebro.
El mío es violeta, a ratos rojo y a ratos naranja.
El tuyo es azul y a veces verde o amarillo.
Son diferentes nuestros cerebros,
se complementan generando un equilibrio increíble.
Nuestros cerebros son complementarios.
Nuestros corazones, pares.
He visto tu corazón.