Esta vez ni tú comprendes qué pasa, tú, que eres sujeto activo de esta descabellada oración en la que me sobran complementos de lugar, de tiempo, de modo y circunstanciales. Yo soy más de oraciones simples.
Nadie va a encender las luces en esta calle oscura. Me encargué de tirar piedras a las bombillas de las farolas. Podemos tropezar con todo lo que queda de aquellas frases vacías que me decías. Mentiras divertidas de whisky y ron y rodaja de limón.
Y hasta aquí tengo.
Nadie va a encender las luces en esta calle oscura. Me encargué de tirar piedras a las bombillas de las farolas. Podemos tropezar con todo lo que queda de aquellas frases vacías que me decías. Mentiras divertidas de whisky y ron y rodaja de limón.
Y hasta aquí tengo.