20 de enero de 2019

NO ALIMENTEN A SUS MIEDOS


Los cobardes se pasan largas tardes en los parques dando de comer a sus miedos. Tiran trozos de pan duro a los alados no-puedo-hacerlo y la-voy-a-joder-como-siempre; ofrecen, entre los barrotes de la jaula, restos de comida a no-lo-entenderá, no-le-gustaré, es-imposible; ceban al peludo nunca-seré-nadie y a múltiples variopintas feroces bestias más. 


Los cobardes dan de comer a sus miedos. Porque es más fácil que dejarlos morir de hambre y enfrentarse a lo desconocido. 

Por eso, alguien tenía que decirlo: NO ALIMENTEN A SUS MIEDOS.