Hay ciudades atrapadas en cámaras souvenirs, a través de las que ves media docena de diapositivas de algún
lugar en el que estuviste alguna vez. O crees que estuviste. Un lugar que tal vez ya no exista.
Hay historias también ahí dentro. Vivas sólo entre sus
mecanismos plásticos de mala calidad, media docena de sensaciones que viviste una
vez. Que crees que viviste. Que tal vez ya no vuelvas a vivir.