27 de junio de 2008

AQUELLA CAMISETA VIOLETA

Todos nos enfrentamos de cara a los momentos críticos, que requieren medidas drásticas...

Retrospección...

Preparaba la huída. Tenía poco tiempo y mucho que empaquetar y "enmaletar". Empecé por el ropero. Detecté que algunas prendas no podían hacer ese viaje conmigo, había cosas que tenían que acabar en el mismo lugar dónde acababa aquella historia: en la basura. Por eso coloqué varias bolsas de basura abiertas y la maleta.

Bolsa para la ropa que él me compró, bolsa para la ropa que me compré estando con él, bolsa para la ropa que me compré para que me viera él, bolsa para la ropa que me estampé para animarle, maleta con todo lo demás.

Pero cuando iba dejando caer ropa a la maleta, me di cuenta de que esas prendas también estaban contaminadas por él. La-camiseta-que-decía-que-era-demasiado-escotada, la-camiseta-que-me-maché-preparando-la-cena, el-vestido-que-llevo-en-aquella-foto-en-la-que-salimos-tan-bien... Entonces el pánico se apoderó de mí. No podía deshacerme de todas mis cosas... Traté de encontrar una sola prenda que no me recordara a él, que me recordara a otro, a cualquiera, a otra historia.

Y de repente la vi. Aquella camiseta de tirantes violeta. Y viajé a ese momento. Pasando debajo del arco, los aspersores funcionando, era de noche, pero no tan tarde como otras veces, no sé por qué pero estábamos paseando en lugar de sudar en su cama, yo era una pésima interlocutora, nada coherente que decir, pero le escuché. Recuerdo que me mojé con el agua de esos aspersores y dije "Suerte que al final me puse sujetador, sino se notaría que estoy contenta"... Fue una noche pésima, pero en ese momento en el que la recordé, en ese momento en el que tuve en mis manos una prenda que olía a otra historia, en ese genial momento: reí. Bolsas de basura a mi alrededor, una casa patas arriba, pero ahí estaba mi camiseta de la noche de los aspersores con aquel tío. Y reí. Porque recordé que antes tuve otra vida.


Y reí.