19 de abril de 2008

Despertar



Hoy ha sido el primer día que he amanecido sin prisa en mi nuevo hogar. Es cuando no hay prisa, cuando aparece la reflexión. Desperté en un borde de la cama. Hecha una bola en un borde cuasi en el límite previo a la caída. Miré el aterrador espacio inutilizado, vacío, ausente. Desperté y me pregunté: ¿No es hora de asumir que la cama entera es tuya? No hay nadie más, es tuya.

Las costumbres dejan de ser costumbres y hay que adaptarse a su ausencia para no parecer imbécil. La cama entera es mía. ¡La cama entera es mía! ¡TODA MÍA!