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8 de febrero de 2015

Hacer el amor a las palabras

Me gusta hacer el amor a las palabras. Me dejo hacer cuando las leo. Marco el ritmo cuando las escribo. Aquí, ahora. Allí, más tarde. Allá, entonces. Como sea... 

Me gusta hacer el amor a las palabras. 

27 de junio de 2014

Capaces de contarlo

Prostituimos el habla, vendemos barato el sentido de la palabra, regalamos el siempre, el todo, el sí, el quiero. Significados se mezclan en tubos de ensayo de un laboratorio iletrado para crear un ejército de hipérboles, de pleonasmos, de adornos, de mentiras que se reproducirán de boca en boca, de papel en papel, de ordenador o móvil a ordenador o móvil, desvirtuando todas las lenguas hasta que un día diremos mesa a la silla y silla a la rosa y rosa a la mesa. Y nada tendrá el valor que algún día tuvo.

Prostituimos el habla, vendemos barato el sentido de la palabra, regalamos el siempre, el todo, el sí, el quiero. Decimos 'todo' y luego es mucho o poco o nada, pero no es todo. Nunca es todo. Si en el momento en que decimos 'todo' sentimos todo pero al caer el sol ya no sentimos todo, ¿debemos rectificarlo? Y si nos topamos con un todo, un siempre, un sí, un quiero que realmente sean todo, siempre, sí, quiero, ¿seremos capaces de contarlo?

29 de octubre de 2013

De humor para el humor 6: Los nombres de las cosas

   Hubo un tiempo en que los humanos se comunicaban con gruñidos, onomatopeyas y haciendo aspavientos. Un día empezaron a poner nombre a las cosas. Al principio había poco que decir, poco a lo que referirse. Fuego, cazar, bisonte, piedra, caverna, montaña... Pero ése sólo fue el comienzo. A medida que se han descubierto o inventado cosas, se les ha puesto un nombre. Imaginemos la figura del PONEDOR DE NOMBRES al que acudirían los inventores y los descubridores. Él estaría siempre sentado en un escritorio de madera maciza, rascándose la poblada barba y atendiendo a las visitas:
- Alguien: Eh, he visto un animal que hace miau.
(breve pausa)
- Ponedor de nombres: Lo llamaremos GATO.

   Ahora todo tiene nombre y si se pone uno nuevo simplemente se juntan conceptos, como parachoques, rompecabezas, abrelatas, salvapantallas, camafeo... Por cierto, que alguien me explique qué relación tienen una cama y un tipo feo, con una piedra tallada. A veces se reasigna una palabra que ya estaba pillada. A esto lo llaman polisemia, pero yo lo llamo falta de creatividad. Como cuando inventaron una herramienta hidráulica para levantar peso y el ponedor de nombres dijo de nuevo Lo llamaremos GATO. ¿Acaso la herramienta hidráulica hace miau?

   Hay palabras que dejan de usarse. Ya nadie dice galimatías, fiambrera, melindre, botarate, bicoca, picaflor, cáspita, cachivache, bisoñé. Y hay palabras que parecen querer decir justo lo contrario de lo que significan, como pelón, que en todas partes significa 'que no tiene pelo' menos en Ecuador. Sólo allí son coherentes.

   Pero al final, teniendo un nombre para cada cosa, ya sea repetido, compuesto u original, hay muchas situaciones en que olvidamos las palabras o la pereza o el enfado nos llevan a comportarnos como aquellos primeros hombres, señalando, gruñendo, diciendo:
- ¿Me pasas esto que hace quiticri?
- Jum. Seh. 

19 de mayo de 2013

Arrimar


No quería que rimaran las palabras
quería hacer rimar los conceptos

No quería que rimaran las palabras
quería hacer rimar el ella con el él
el aquí con el ahora
el su boca con el su boca
el cuadro con el fuera de cuadro

No quería que rimaran las palabras
pero no le importaba que lo hicieran
eran libres de hacer lo que quisieran
eran libres incluso de rimarse a los conceptos

12 de octubre de 2010

Palabras que parecen salidas de una lata de conservas caducada

A veces escribo palabras para que las leas
Palabras despeinadas
Palabras mal folladas
Palabras mías, aunque no lo creas

Palabras que no me miran
Palabras que parecen salidas
de una lata de conservas caducada
Palabras que huelen
Palabras que son eructos
Palabras que riman a mi manera

Palabras escurridizas
Palabras que cruzan autopistas
Palabras como disparos
Palabras sin un acento claro

Palabras como esas terribles nubes de azúcar
Palabras que supuran
Palabras demasiado niñas
Palabras que no existen fuera de la isla

Palabras desenfocadas
Palabras que olvido
Palabras que a veces no escribo
para que no las sepas

8 de octubre de 2010

Palabras que sonríen en fotomatones

A veces escribo palabras.
Palabras inocuas.
Palabras que mecen.
Palabras que arañan.
Palabras con las mejillas coloradas.
Palabras con cara de perro.
Palabras con el pelo largo.
Palabras con vestido de fiesta.
Palabras líquidas.
Palabras maleducadas.
Palabras que son números
como boletos de lotería.
Palabras de cerebros de otros
que no son mías .
Palabras en minúscula.
Palabras agujereadas como donuts.
Palabras esdrújulas.
Palabras ajenas a la gravedad.
Palabras graves.
Palabras frívolas.
Palabras que flotan en una sopa.
Palabras amarillas, rojas, negras, blancas.
Palabras compuestas.
Palabras con chistera.
Palabras con tetas.
Palabras que pierden autobuses.
Palabras con patatas fritas.
Palabras sin azúcar.
Palabras que se pegan un tiro.
Palabras que ocultan palabras.
Palabras que no escribo