20 de julio de 2008

NOCHES Y DÍAS QUE SON NOCHES

Hay noches que se te escurren en las manos, deslizándose entre los dedos hasta gotear y empapar el suelo de noche, y la noche de día, y el día de noche.

Hay noches imposibles y días aún más quiméricos.

Hay noches en las que retrocedes, noches en las que avanzas y noches en las que no te mueves.


Y ahí estás tú. Sin saber bien si considerar la apuesta a estas alturas es casi una locura.

Tú y la noche. No hay nada más.



18 de julio de 2008

"Bizarre Time"

Faltan menos de diez minutos para las seis de la tarde y me niego a levantarme.
Noche larga y bizarra, día siguiente corto y somnoliento.

¡Que Dios nos pille vestidos!

8 de julio de 2008

Mejor olvídate

Sabes que hay cosas que es mejor no sentir.
Pero si las sientes… es mejor no pensarlas.
Pero si las piensas… es mejor no contarlas.
Pero si las cuentas… es mejor no escribirlas.
Porque si sólo las sientes, no existen.
Son invisibles, mudas, insípidas, inodoras, intangibles.
Todos las desconocen.
Pero si las piensas, las cuentas y las escribes…
Estás perdido.
Sí. Lo sabes. Ya estás perdido.

4 de julio de 2008

QUE TE QUEDE CLARO

La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.
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La Ley de Murphy nunca falla.
La Ley de Murphy nunca falla.

27 de junio de 2008

AQUELLA CAMISETA VIOLETA

Todos nos enfrentamos de cara a los momentos críticos, que requieren medidas drásticas...

Retrospección...

Preparaba la huída. Tenía poco tiempo y mucho que empaquetar y "enmaletar". Empecé por el ropero. Detecté que algunas prendas no podían hacer ese viaje conmigo, había cosas que tenían que acabar en el mismo lugar dónde acababa aquella historia: en la basura. Por eso coloqué varias bolsas de basura abiertas y la maleta.

Bolsa para la ropa que él me compró, bolsa para la ropa que me compré estando con él, bolsa para la ropa que me compré para que me viera él, bolsa para la ropa que me estampé para animarle, maleta con todo lo demás.

Pero cuando iba dejando caer ropa a la maleta, me di cuenta de que esas prendas también estaban contaminadas por él. La-camiseta-que-decía-que-era-demasiado-escotada, la-camiseta-que-me-maché-preparando-la-cena, el-vestido-que-llevo-en-aquella-foto-en-la-que-salimos-tan-bien... Entonces el pánico se apoderó de mí. No podía deshacerme de todas mis cosas... Traté de encontrar una sola prenda que no me recordara a él, que me recordara a otro, a cualquiera, a otra historia.

Y de repente la vi. Aquella camiseta de tirantes violeta. Y viajé a ese momento. Pasando debajo del arco, los aspersores funcionando, era de noche, pero no tan tarde como otras veces, no sé por qué pero estábamos paseando en lugar de sudar en su cama, yo era una pésima interlocutora, nada coherente que decir, pero le escuché. Recuerdo que me mojé con el agua de esos aspersores y dije "Suerte que al final me puse sujetador, sino se notaría que estoy contenta"... Fue una noche pésima, pero en ese momento en el que la recordé, en ese momento en el que tuve en mis manos una prenda que olía a otra historia, en ese genial momento: reí. Bolsas de basura a mi alrededor, una casa patas arriba, pero ahí estaba mi camiseta de la noche de los aspersores con aquel tío. Y reí. Porque recordé que antes tuve otra vida.


Y reí.