Disfruta ese vaso de nesquik. Disfruta
esas galletas que se te antojan a las tantas. Disfruta de aprender lo que te dé
la gana al ritmo que te dé la gana. Disfruta releyendo los mismos libros,
reviendo las mismas series y las mismas pelis, si lo que quieres es
releer y rever. Disfruta de cuando estás exhausta y te duermes o casi te duermes sentada. Disfruta de ese día que
madrugas porque sí, es algo que nunca pensaste que pasaría. Disfruta de
sorprenderte. Disfruta de cuando simplemente piensas, pensar es un ejercicio
muy placentero. Disfruta de cuando te subes a tu delorean y vas donde ya fuiste
y lo haces diferente. Y vas donde no has ido y lo haces como quieres. Disfruta
de cuando te embarga esta melancolía de veteasaberqué y la única alternativa es
escupir sus letras. Disfruta de la admiración, la rabia, el odio, el amor, la
atracción y el asco que ves en sus ojos, disfruta de todo por igual, porque todo es lo mismo, porque remueves
cosas. No todos remueven cosas. Y menos sin proponérselo. Disfruta de ti, disfruta
en ti, disfruta contigo. Disfruta de tu silencio, de tu música, de tu voz, de
tu respiración. Disfruta de no tener prisa, de haberla tenido y no tenerla
ahora. Disfruta de saber, de no haber sabido pero saber ahora. Disfruta leyendo las letras que has escupido. Disfruta el
último sorbo de nesquik. Ya no es heineken ni ron ni ginebra ni humo. Pero qué
coño importa lo que sea. Disfruta ese último sorbo porque nada te va a hacer
más feliz que eso. Nada. Y eso es maravilloso.
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20 de enero de 2015
18 de enero de 2015
Mayor
No es que no sepa qué quiero ser de mayor... Es que no sé ni si quiero ser mayor.
Y a cada espiración me importa menos.
28 de diciembre de 2014
Una optimista
Antes tenía la firme convicción de tener una cosa clara en la vida. Una. Me bastaba.
Ahora comprendo que era una optimista.
14 de diciembre de 2014
En cómodos plazos desde su casa
Quién extraña
la música con la que le miraba
y las caricias
de sus palabras a sus palabras
Quién extraña
no tener que echar de menos
ni tener que
buscarla sólo en fotos del recuerdo
Quién extraña la
suma de su olor con su olor
acompasados olores
en las corrientes del vómer
Quién extraña.
Quién extraña. Quién extraña
Quién extraña en
cómodos plazos desde su casa
7 de diciembre de 2014
Por qué no dos puntos suspensivos
Por qué no dos puntos suspensivos. Por qué tres. Por qué no dos puntos, muy juntos, con la opción, si quieren, de subirse uno al otro.
Por qué no dos puntos suspensivos. Con la opción, si no se quieren, de alejarse hasta ser puntos independientes de oraciones distintas. Puede que seguidas, puede que no.
Por qué no dos puntos suspensivos. Con opción, si así lo sienten, de disolverse en el blanco del folio, en el claro del word, y poner fin al suspense que protagonizan.
Por qué no cero puntos suspensivos.
26 de noviembre de 2014
6 de noviembre de 2014
De tantas formas
Lo había dicho ya de tantas
formas en castellano, que comenzó a dir-ho en català, i després she tried in
english, and now lei impara parole italiane per poter dire lo que ha dicho ya de tantas otras formas.
1 de noviembre de 2014
25 de octubre de 2014
Collages imposibles
19 de octubre de 2014
14 de octubre de 2014
4 de octubre de 2014
Cámaras souvenirs
Hay ciudades atrapadas en cámaras souvenirs, a través de las que ves media docena de diapositivas de algún
lugar en el que estuviste alguna vez. O crees que estuviste. Un lugar que tal vez ya no exista.
Hay historias también ahí dentro. Vivas sólo entre sus
mecanismos plásticos de mala calidad, media docena de sensaciones que viviste una
vez. Que crees que viviste. Que tal vez ya no vuelvas a vivir.
22 de septiembre de 2014
¿Te enseñó él a entrenar pingüinos?
La entrenadora se acercó al pingüino y le explicó
- Tu misión es dar las gracias al Sabio
- ¿Las gracias por qué?
- ¡Por qué no!, dirás
- ¿Y ese es mi único cometido?
- ¿Te parece poco?
- ¿Te enseñó él a entrenar pingüinos?
- Me enseñó que podía hacerlo
- ¿Cuándo le veré?
- Tan pronto como le encuentres
- ¿Cómo podré darle las gracias si no puedo hablar ni bailar ni guiñar un ojo?
- ¿Acaso no estás hablando conmigo?
- ¿Acaso él es como tú?
- Aprendes rápido. Aprendes rápido.
- Tu misión es dar las gracias al Sabio
- ¿Las gracias por qué?
- ¡Por qué no!, dirás
- ¿Y ese es mi único cometido?
- ¿Te parece poco?
- ¿Te enseñó él a entrenar pingüinos?
- Me enseñó que podía hacerlo
- ¿Cuándo le veré?
- Tan pronto como le encuentres
- ¿Cómo podré darle las gracias si no puedo hablar ni bailar ni guiñar un ojo?
- ¿Acaso no estás hablando conmigo?
- ¿Acaso él es como tú?
- Aprendes rápido. Aprendes rápido.
12 de septiembre de 2014
3 de septiembre de 2014
Los complementos circunstanciales
Yo soy yo y mis circunstancias.
Tú eres tú y tus circunstancias. Alguien es alguien y sus circunstancias. Y
aceptar a alguien es aceptar sus circunstancias. Esto es: sus complementos de
modo, tiempo, lugar, compañía, pertenencia, cantidad, causa, finalidad, instrumento,
materia y posibilidad.
Entenderlo facilita mucho las
cosas.
27 de agosto de 2014
Llena de cosas que no puedo explicar
Estoy llena de cosas que no puedo
explicar. Coincidencias. Casualidades. Presentimientos. Sensaciones. Sueños. Pálpitos.
Corazonadas. Como se los quiera llamar.
Y me he acostumbrado a mirar a
otro lado. Me he tenido que acostumbrar. Para no acabar siendo la loca que
escucha voces. La loca que habla de señales. La loca. Pero no he dejado de
mirar de reojo el camino que trazan.
Estoy llena de cosas que no puedo
explicar. De cosas que no sé si quiero explicar. Y aun así aquí estoy tecleando
‘estoy llena de cosas que no puedo explicar’. Eso tampoco puedo explicarlo.
20 de agosto de 2014
14 de agosto de 2014
De ellos
Hay poemas que hablan de ellos
Hay canciones que hablan de ellos
Pero ellos ya no hablan de ellos
Hay canciones que hablan de ellos
Pero ellos ya no hablan de ellos
8 de agosto de 2014
Cada instante hay un big bang
Cada instante hay un big bang en alguna parte.
Aunque no
origine nuestro universo.
Aunque no ataña a nuestra singularidad.
Cada instante hay un big bang en alguna parte.
Y pronto o tarde
serás polvo
expandiéndote hasta desgarrarte.
Cada instante hay un big bang en alguna parte.
3 de agosto de 2014
Tenía en su cabeza una puerta
Tenía en su cabeza una puerta y al abrirla podía ir donde
quisiera. Podía transportarse a la ciudad flotante con Jim; o tomar el té con el
sombrerero, loco por culpa de la cola; o volar a través
de las nubes de algodón de Gondry; o pasar la noche en el Gran Hotel del Norte
y llevarse una de esas postales con búhos de recepción y enviársela a sí misma
y recibirla justo al volver a casa; o podía ir a mundos en blanco y negro y
colorearlos o dejarlos como estaban; o pedirse una maxi ensalada en el Monk’s; o
compartir un piti con Sal Paradise en un
sucio vagón de tren o una dosis de cortexiphan con la niña Olivia; o ser la única
persona en el planeta; o ser todas las personas; o ser viento.
Tenía en su cabeza una puerta y al abrirla podía ir donde
quisiera. Por eso muchas veces se quedaba sentada frente la pared. Por eso
pocas veces salía por la puerta de casa.
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