28 de diciembre de 2014

Una optimista

Antes tenía la firme convicción de tener una cosa clara en la vida. Una. Me bastaba. 
Ahora comprendo que era una optimista.

14 de diciembre de 2014

En cómodos plazos desde su casa

Quién extraña la música con la que le miraba
y las caricias de sus palabras a sus palabras

Quién extraña no tener que echar de menos
ni tener que buscarla sólo en fotos del recuerdo

Quién extraña la suma de su olor con su olor
acompasados olores en las corrientes del vómer

Quién extraña. Quién extraña. Quién extraña
Quién extraña en cómodos plazos desde su casa

7 de diciembre de 2014

Por qué no dos puntos suspensivos

Por qué no dos puntos suspensivos. Por qué tres. Por qué no dos puntos, muy juntos, con la opción, si quieren, de subirse uno al otro.

Por qué no dos puntos suspensivos. Con la opción, si no se quieren, de alejarse hasta ser puntos independientes de oraciones distintas. Puede que seguidas, puede que no.

Por qué no dos puntos suspensivos. Con opción, si así lo sienten, de disolverse en el blanco del folio, en el claro del word, y poner fin al suspense que protagonizan.

Por qué no cero puntos suspensivos.

6 de noviembre de 2014

De tantas formas

Lo había dicho ya de tantas formas en castellano, que comenzó a dir-ho en català, i després she tried in english, and now lei impara parole italiane per poter dire lo que ha dicho ya de tantas otras formas.

25 de octubre de 2014

Collages imposibles





Le gustaba hacer collages imposibles. Como peces piando en su ventana. Como bebés con bigotes de gato. Como periquitos con relojes de bolsillo. Como círculos cuadrados. Como naranjas azules. Como él y ella. 

14 de octubre de 2014

¿Funcionará?

Hemos desdeñado lo lógico 
hemos normalizado lo ilógico 
para sobrevivir.

Funcionará.

4 de octubre de 2014

Cámaras souvenirs


Hay ciudades atrapadas en cámaras souvenirs, a través de las que ves media docena de diapositivas de algún lugar en el que estuviste alguna vez. O crees que estuviste. Un lugar que tal vez ya no exista.

Hay historias también ahí dentro. Vivas sólo entre sus mecanismos plásticos de mala calidad, media docena de sensaciones que viviste una vez. Que crees que viviste. Que tal vez ya no vuelvas a vivir.

22 de septiembre de 2014

¿Te enseñó él a entrenar pingüinos?

La entrenadora se acercó al pingüino y le explicó 

- Tu misión es dar las gracias al Sabio 
- ¿Las gracias por qué? 
- ¡Por qué no!, dirás 
- ¿Y ese es mi único cometido? 
- ¿Te parece poco? 
- ¿Te enseñó él a entrenar pingüinos? 
- Me enseñó que podía hacerlo 
- ¿Cuándo le veré? 
- Tan pronto como le encuentres 
- ¿Cómo podré darle las gracias si no puedo hablar ni bailar ni guiñar un ojo? 
- ¿Acaso no estás hablando conmigo? 
- ¿Acaso él es como tú? 
- Aprendes rápido. Aprendes rápido.

17 de septiembre de 2014

Esta conexión wifi

No lo sabían, pero tenían en la cabeza una antena. Él y ella. Sólo ellos. Cada uno, en su vida. Y ahí seguían las antenas. Inactivas. Que no veían. Que no sabían ni que tenían.

Se encontraron. Encajaron. Se activaron. Notaron que tenían algo en común. Algo potente, único, algo fundamental. Pero no sabían qué sería.

No lo sabían, pero eran antenas y su zona Fresnel era infinita. Porque qué más da el tiempo, la distancia, el silencio, cuando existe esta conexión wifi. 

Se hablaban sin escucharse, se sentían sin tocarse, predecían sus discursos y sus acciones. Era más que simple telepatía. Pero aún no sabían qué sería.

No lo sabían, pero pronto la intensidad de su red inalámbrica sería excelente. Su conexión tendría cinco rayitas. Pronto lo entenderían. 


3 de septiembre de 2014

Los complementos circunstanciales

Yo soy yo y mis circunstancias. Tú eres tú y tus circunstancias. Alguien es alguien y sus circunstancias. Y aceptar a alguien es aceptar sus circunstancias. Esto es: sus complementos de modo, tiempo, lugar, compañía, pertenencia, cantidad, causa, finalidad, instrumento, materia y posibilidad.


Entenderlo facilita mucho las cosas.

27 de agosto de 2014

Llena de cosas que no puedo explicar

Estoy llena de cosas que no puedo explicar. Coincidencias. Casualidades. Presentimientos. Sensaciones. Sueños. Pálpitos. Corazonadas. Como se los quiera llamar.

Y me he acostumbrado a mirar a otro lado. Me he tenido que acostumbrar. Para no acabar siendo la loca que escucha voces. La loca que habla de señales. La loca. Pero no he dejado de mirar de reojo el camino que trazan.

Estoy llena de cosas que no puedo explicar. De cosas que no sé si quiero explicar. Y aun así aquí estoy tecleando ‘estoy llena de cosas que no puedo explicar’. Eso tampoco puedo explicarlo.

20 de agosto de 2014

14 de agosto de 2014

De ellos

Hay poemas que hablan de ellos 
Hay canciones que hablan de ellos 
Pero ellos ya no hablan de ellos

8 de agosto de 2014

Cada instante hay un big bang

Cada instante hay un big bang en alguna parte. 
Aunque no origine nuestro universo. 
Aunque no ataña a nuestra singularidad.

Cada instante hay un big bang en alguna parte. 
Y pronto o tarde serás polvo 
expandiéndote hasta desgarrarte. 

Cada instante hay un big bang en alguna parte.

3 de agosto de 2014

Tenía en su cabeza una puerta

Tenía en su cabeza una puerta y al abrirla podía ir donde quisiera. Podía transportarse a la ciudad flotante con Jim; o tomar el té con el sombrerero, loco por culpa de la cola; o volar a través de las nubes de algodón de Gondry; o pasar la noche en el Gran Hotel del Norte y llevarse una de esas postales con búhos de recepción y enviársela a sí misma y recibirla justo al volver a casa; o podía ir a mundos en blanco y negro y colorearlos o dejarlos como estaban; o pedirse una maxi ensalada en el Monk’s; o compartir un piti con Sal Paradise en un sucio vagón de tren o una dosis de cortexiphan con la niña Olivia; o ser la única persona en el planeta; o ser todas las personas; o ser viento.

Tenía en su cabeza una puerta y al abrirla podía ir donde quisiera. Por eso muchas veces se quedaba sentada frente la pared. Por eso pocas veces salía por la puerta de casa. 

25 de julio de 2014

El tiempo no existe (y menos en esta ciudad)


La ciudad. A veces tan odiosamente pequeña. A veces inmensa. Cuántas cosas te han pasado en la esquina de tal con cual. Cuántas has olvidado. Cuántas inventas. Cuántas planeas. Cuántas han pasado a otra gente. Justo allí. Qué está pasando ahora.

Una teoría apunta a que el tiempo no existe, que es sólo una ilusión, que todo sucede a la vez, todo lo que pasa, pasó y pasará, está pasando ahora. Y me fascina. Me subo a este banco y siento que al mismo tiempo que subo, subí y subiré y estará vacío y había otra gente y habrá otra gente y otra gente y nadie y no estaba el banco aún ni estaba la rambla ni estaba la ciudad y se habrá esfumado.

Y yo, ahora, mañana, hace 2 años, subida a este banco, cruzando este semáforo, esperando en la esquina de tal con cual, tengo lo que tengo y he perdido lo que tengo y tengo lo que he perdido. El tiempo no existe. Y menos en esta ciudad.